Animal cautivo

Hay que asumir que se es un animal, cautivo, entre los límites poco claros del espacio cibernético, universal, dudosamente real. Soy un animal... sólo tengo esa certeza y no me queda otra alternativa que escribir poesía para humanizarme. Tal vez debo decir solamente Escribir. Sé que no es la mejor manera para instalarse en un blog dispuesta a cazar espíritus. Pero tengo un hambre de pasión metafísica que convierte en Dios todo lo que toco.

martes, febrero 07, 2006

Pan y Circo






















("Circo", de G. Seurat)


PAN Y CIRCO

Desamparada jaula SONRISA
de puertas abiertas
Participación libre dirían los muchachos de la orquesta
los de iluminación los de tramoya
los que se dejan caer del trapecio
los que aplauden
los que corren con el aserrín
Los que vislumbraron
el precio de la entrada

5 Voces dicen:

Blogger Roberto Iglesias Dice...

que bueno interesante...
me gusto este blog estare visitandote un abrazo

martes, febrero 07, 2006 3:29:00 p. m.  
Blogger Colombine Dice...

Ooooooooooooooooooooooh gritó el niño de ojos asombrados viendo volar a la trapecista ( doble salto mortal) y blandamente posarse en el centro mismo de la pista , como si tal cosa.

Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh gritó su hermana de ricitos dorados al ver desaparecer al fiero domador de látigo de espinas entre las fauces oscuras del león y verlo después allí, con esa mirada inexpresiva y , lo que es peor, relamiéndose ,como si tal cosa.

martes, febrero 07, 2006 3:31:00 p. m.  
Blogger CoYoTa Dice...

todo esto me trae como un olor a orilla, a circo pobre. Nos estaremos viendo

martes, febrero 07, 2006 6:46:00 p. m.  
Blogger Lila Magritte Dice...

En el circo, desde que el circo es circo, a veces todo está arreglado. Algunas fieras mueren en escena, otras escapan para atemorizar a la población y mover a periodistas y curiosos. Los domadores ejercitan su poder de seducción con los gatos negros de Cortázar, las bailarinas dejan ver sus medias rotas después del triple salto mortal y luego se dejan estafar por el señor Corales que no comparte las utilidades ni los riesgos. El público se muestra hipnotizado por las palabras con acento extranjero del ilusionista y llega a ver en la magia de salón una ciencia. Creen. Sacan fotos, compran dulces. Los aseadores limpian la pista. La mujer barbuda llora de amor por el oso de la película "Los visitantes de la noche", que pasea encadenado por las calles del pueblo para alentar la compra de entradas. Los enanos del circo de "El tambor de hojalata" firman un pacto de honor con los gladiadores del circo romano para huir a América...
Cedo el final del delirio para La visita que se motive con el tema.

miércoles, febrero 08, 2006 1:13:00 p. m.  
Blogger Lila Magritte Dice...

Quiero agregar un detallito.
Aquí donde me encuentro de vacaciones comenzaron a desaparecer todos los perros callejeros.
Un circo se ha instalado en las cercanías.

viernes, febrero 10, 2006 1:33:00 p. m.  

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